Análisis detallado de los componentes y el proceso de instalación en un pozo
Descubra el interior de un pozo de aguas residuales, así como los sensores que incluye el sistema de bombeo.
Las estaciones de bombeo de los edificios comerciales y las redes municipales están cuidadosamente diseñadas para bombear las aguas residuales que se producen a diario en las viviendas particulares y los edificios comerciales.
¿Pero qué es lo que se necesita realmente para garantizar unas condiciones óptimas de trabajo en el pozo?
En este tema le llevaremos al interior de una estación de bombeo para examinar más de cerca los componentes más importantes. También repasaremos el proceso de instalación, prestando especial atención a los sensores de nivel.
Los primeros componentes que se instalan son los soportes superiores de los tubos guía y los autoacoplamientos.
Tras montarlos, se instalarán las tuberías verticales y, a continuación, las válvulas de retención y de compuerta.
Las válvulas de compuerta sirven como elementos de seguridad a la hora de realizar el mantenimiento de las válvulas de retención, que impiden el reflujo de las aguas residuales.
A continuación, se instalará el colector (es decir, la tubería común de descarga). La profundidad a la que debe situarse varía en función de la normativa local, pero normalmente será de alrededor de 1 m bajo el nivel del suelo para evitar que la tubería se congele.
Antes de bajar las bombas al pozo, habrá que montar los tubos guía.
Estos permiten usar el peso de las propias bombas para ajustarlas a la perfección.
Ahora, nos centraremos en los sensores de nivel. Los sensores son esenciales para el funcionamiento fiable del pozo, dado que el caudal de entrada y el nivel del agua variarán de manera inevitable y continua.
En una instalación con dos bombas que funcionen de forma alterna, lo normal es que haya cuatro sensores: uno de nivel de parada común; uno de nivel de arranque; uno de nivel de alarma; y uno para activar la bomba de reserva si la otra bomba no arranca.
Si el nivel del agua alcanza el nivel de arranque, el sensor de nivel pondrá en marcha la bomba.
Una vez que el nivel del agua haya descendido hasta el nivel de parada, el sensor más próximo al fondo del pozo parará la bomba. Es importante colocar el sensor de forma que el volumen mínimo de agua en el pozo evite que la bomba aspire aire y este entre en la carcasa, ya que esto podría hacer que la bomba no pudiese volver a arrancar.
Si por algún motivo la bomba no arranca cuando se alcance el nivel de arranque y el nivel sigue subiendo, el sensor de alarma generará una alarma en cuanto el agua llegue al nivel correspondiente.
El sensor situado en la posición más alta está conectado a la bomba de reserva, que arrancará y bombeará agua hasta alcanzar el nivel de parada.
Los sistemas con funcionamiento en paralelo se suelen usar en sistemas mixtos, en los que las aguas negras y las aguas pluviales se conducen a través de una misma tubería. Habitualmente, los sistemas con funcionamiento en paralelo también tienen cuatro sensores: uno para el nivel de parada común; uno para el nivel 1 de arranque; uno para el nivel 2 de arranque; y uno para el nivel de alarma.
En épocas secas, únicamente se bombearán aguas negras y las dos bombas funcionarán de forma alterna cuando se active el sensor de nivel 1 de arranque.
En épocas lluviosas, el caudal de entrada puede superar la capacidad de una sola bomba y el nivel del agua aumentará hasta el nivel 2 de arranque. El sensor arrancará la bomba de reserva y las dos bombas funcionarán en paralelo hasta que se alcance el nivel de parada.
Si por algún motivo la bomba no arranca cuando se alcance el nivel 2 de arranque y el nivel sigue subiendo, el sensor de alarma generará una alarma en cuanto el agua llegue al nivel correspondiente.
En el modo de funcionamiento en paralelo, es habitual que existan una tercera bomba (una bomba de repuesto) y un quinto sensor situado por encima del sensor de alarma. De esta manera, si las bombas 1 o 2 fallan, habrá un sistema de reserva que impedirá que el pozo se desborde.
En el ejemplo se usan interruptores de flotador como sensores de nivel; no obstante, también podrían utilizarse transductores de presión, sensores ultrasónicos o electrodos.
Por último, están los rebajes hechos en el fondo del pozo. Tienen una inclinación de entre 45° y 60°, y desempeñan un papel importante para mantener unas condiciones óptimas de trabajo.
En primer lugar, la estructura minimiza el riesgo de que se produzcan zonas de estancamiento en las que puedan acumularse sedimentos.
Además, el menor diámetro del fondo contribuye a aumentar la velocidad del agua, lo que facilita el bombeo de los sólidos.
Si la normativa local así lo exige, también puede diseñarse una estación de bombeo con una cámara de válvulas independiente. Esto permite llevar a cabo las revisiones y el mantenimiento de las válvulas sin que ninguna persona tenga que acceder al pozo.
Como es obvio, las estaciones de bombeo pueden dimensionarse con el número exacto de bombas requerido para el caudal de entrada; no obstante, los aspectos básicos del interior del pozo para garantizar unas condiciones óptimas de trabajo en todo momento serán los mismos.
Para facilitar el proceso, Grundfos ha desarrollado una herramienta de configuración de estaciones de bombeo que le permite diseñar su propia estación en cuestión de minutos. La herramienta de configuración de estaciones de bombeo está disponible en nuestro sitio web y le permite:
- Dimensionar una estación de bombeo, incluidos los controladores y las bombas
- Obtener toda la documentación necesaria de su estación, incluidos planos 3D
Por supuesto, todas las soluciones disponibles en la herramienta de configuración de estaciones de bombeo cuentan con marcado CE.