El agua subterránea es importante en muchos aspectos.  

Es una parte esencial del ciclo del agua  que suministra agua dulce a ríos y lagos.  

Es crucial para la fauna y la vegetación.  

Limpia nuestra agua superficial mediante procesos naturales.  

Puede actuar como reserva vital de agua dulce para los seres humanos  que viven en un mundo con una demanda creciente de agua.  

Cuando el agua penetra las capas del subsuelo,  se filtrará y limpiará mediante procesos naturales.  

El proceso de limpieza se produce de varias formas.  

Hay una parte física en la que se retienen grandes sustancias, y otros compuestos  como el hierro se depositarán en las superficies de los granos.  

También hay una parte bacteriana  en la que una variedad de bacterias interactuará con los compuestos del agua.  

Algunas bacterias interactúan con los compuestos orgánicos del agua  y los descomponen en formas más sencillas.  

Al final, terminarán siendo CO₂ y agua puros.  

Los procesos químicos y el entorno afectarán a la composición del agua.  

Las condiciones anóxicas, donde no hay oxígeno libre en el espacio poroso,  serán muy eficaces para eliminar bacterias nocivas como la E. coli.  El efecto de limpieza comienza cuando el agua sale del suelo.  

Pero la eficiencia depende del tipo de roca, suelo y sedimento  que atraviesa el agua.  

Para que la actividad bacteriana influya en la degradación de los compuestos,  el tiempo es un factor importante.  

Cuanto mayor sea el tiempo, más completa será la degradación.  

Esto significa que el efecto de limpieza es menor en las arenas gruesas,  por las que el agua fluye rápido, que en materiales ricos en arcilla  donde el agua fluye muy lento.  

De esta manera, una capa poco profunda rica en arcilla  puede proteger una capa de arena acuífera más profunda  de sustancias perjudiciales que penetren desde la superficie.  

Así, el subsuelo limpia el agua y la convierte en un recurso seguro y valioso.  

Además de ser un recurso limpio, también facilita un abastecimiento de agua sólido.  

El agua superficial se usa mucho para el riego y el agua potable.  

Pero corre el riesgo de secarse si sufrimos largos períodos de sequía,  como vimos hace poco en Ciudad del Cabo como ejemplo significativo.  

El agua subterránea, sin embargo, reacciona de forma lenta y retardada  a las variaciones pluviales anuales.  

Por ello, el agua subterránea puede usarse como un recurso seguro para el agua potable  durante períodos de sequía.  

En las zonas donde el agua superficial es muy importante para el abastecimiento  de agua dulce, el agua subterránea puede estar de reserva para períodos de sequía.  

En resumen: el agua subterránea es muy importante para el ciclo del agua.  

También es un purificador de agua muy eficiente  y puede actuar como recurso hídrico sostenible en las regiones secas.