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Cuando la escasez de agua se hace realidad
Las ciudades se están expandiendo rápidamente en todo el mundo. Para 2030, se espera que el 60% de la población viva en entornos urbanos y la demanda de agua limpia y segura sólo está creciendo.
Y a pesar de que la demanda está aumentando, seguimos contaminando o desperdiciando nuestros recursos disponibles. El 80% de todas las aguas residuales retornan a la naturaleza sin ser tratadas adecuadamente. Al mismo tiempo, a nivel mundial, estamos perdiendo una media del 30% de toda el agua dulce bombeada y las ciudades están perdiendo hasta el 60% del agua bombeada debido a las malas redes de agua.
El concepto de escasez de agua no es nada nuevo para la Ciudad de México. La ciudad parece estar bastante acostumbrada a la escasez, importando el 40% de su agua de fuentes distantes. Al mismo tiempo, debido a problemas relacionados con las redes de tuberías, la ciudad pierde el 40% de su agua bombeada y, además, no existen operaciones a gran escala para el reciclaje de aguas residuales. Las soluciones inteligentes de agua pueden reducir drásticamente las pérdidas de este tipo.
La infraestructura hídrica de muchas ciudades es antigua y se está deteriorando y simplemente no está equipada para hacer frente a esta tasa de rápido crecimiento. Si nuestras ciudades continúan expandiéndose a este ritmo, algo que la investigación casi garantiza, se prevé que la demanda de agua aumente en un 70%, y que 2 billones de residentes sufrirán una escasez en 2050.
Ya podemos ver muchas ciudades grandes de todo el mundo acercándose al Día Cero, lo que significa que estas ciudades (Londres, Miami, Pekín, Ciudad de México, Ciudad del Cabo, por nombrar algunas) están en riesgo de quedarse sin agua potable. Para superar estos desafíos globales, las soluciones de gestión de agua para el uso y la reutilización son fundamentales. Y la mentalidad correcta es esencial para que podamos realizar cambios duraderos.